Brasilia. La economía brasileña registró un sólido crecimiento en el primer trimestre a pesar de la subida de las tasas de interés, ya que las inversiones fijas, el consumo de los hogares y la fuerte producción agrícola apuntalaron la actividad, empujando la inflación a un máximo de dos años.
El Producto Interno Bruto (PIB) de la mayor economía de América Latina creció 1.4 por ciento en el periodo enero-marzo respecto al trimestre anterior, dijo el viernes la agencia gubernamental de estadísticas IBGE, en línea con la previsión de crecimiento de un sondeo de Reuters entre economistas.
El PIB se expandió 2.9 por ciento respecto al año anterior, por debajo de las expectativas de un aumento de 3.2 por ciento.
Por el lado de la oferta, destacó la agricultura, con un aumento de 12.2 por ciento respecto al trimestre anterior, impulsado por una excelente cosecha de soya.
Los servicios, que representan aproximadamente 70 por ciento de la economía brasileña, crecieron 0.3 por ciento en un mercado laboral tenso, mientras que la producción industrial cayó 0.1 por ciento.
Por el lado de la demanda, las inversiones medidas por la formación bruta de capital fijo destacaron con un aumento de 3.1 por ciento respecto al trimestre anterior.
El consumo de los hogares también contribuyó con un crecimiento de 1.0 por ciento, apoyado por las medidas del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para aumentar la renta disponible, incluida una subida del salario mínimo. El gasto público aumentó 0.1 por ciento.
Los buenos resultados económicos se produjeron a pesar del agresivo endurecimiento monetario del banco central, que ha elevado la tasa de interés de referencia Selic en 4.25 puntos desde septiembre, hasta 14.75 por ciento, un máximo de casi 20 años.
Moody’s rebaja perspectiva de calificación
Moody’s Ratings rebajó el viernes su perspectiva de calificación sobre Brasil a estable desde positiva, al citar un deterioro de la asequibilidad de la deuda y “un progreso más lento de lo esperado en abordar la rigidez del gasto y construir credibilidad en torno a la política fiscal”. La agencia calificadora mantuvo su nota soberana de la mayor economía de América Latina en Ba1.
Tras la decisión, el ministerio de Hacienda brasileño aseguró que el gobierno reafirmaba su compromiso con una mejora continua de los resultados fiscales y con la profundización del proceso de reformas estructurales.